Ensalzar la figura de Emilio Balaguer no es en cierto modo difícil. Podríamos decir que se trata de un intelectual médico o de un médico intelectual. Emilio fue toda su vida un médico y aunque no ejerció la práctica asistencial, fue desde la estructura del pensamiento de este oficio como interpretó la vida. Pero además, Emilio Balaguer fue un sólido intelectual que llenó, también, su pensamiento con los recursos que la historia da. Metodista y riguroso como maestro, cercano y entrañable como compañero, hacen que su figura no pase desapercibida, ni en el tiempo en que vivió, ni tras su muerte.
Sin embargo, debemos hacer una glosa respecto a su pensamiento y, desde aquí, a su legado. Tal vez deberíamos empezar por una pregunta que él se hace y que nos da muchas pistas: ¿Podríamos decir que existe una “medicina valenciana”?
Según Emilio Balaguer, nos estamos refiriendo a la posición valenciana en la historia de la medicina española y europea, considerando, desde una perspectiva general, las repercusiones que aquí tuvieron las grandes corrientes médicas internacionales y las aportaciones que a ella ha hecho la valenciana. La medicina es una de las facetas de mayor relieve de nuestra tradición cultural, con más de 500 años de historia académica y con momentos de esplendor.
Emilio Balaguer nace en Xàtiva en 1947 y es en este rico entorno cultural donde encuentra la vocación para su oficio. Estudia en la Facultad de Medicina de Valencia y rápidamente es seducido por la emblemática personalidad de Jose María López Piñero que le cambia su vocación de psiquiatra por la de historiador. Entra a formar parte del programa propuesto por Pedro Laín Entralgo acerca del desarrollo de la historia de las ideas médicas y la historia intelectual. En aquel activo grupo se generó, asimismo, un acercamiento histórico-social al mundo científico a partir del estudio de los procesos de recepción de las ideas, su difusión en contextos sociales, políticos y económicos concretos que, en primer término fueron locales: el mundo valenciano.
Sin embargo, inicia su carrera con su tesis doctoral, defendida en 1969, sobre una línea ajena al contexto valenciano: La introducción del modelo fisicomatemático en la biología moderna. La obra de Guivanni Battista Borelli, S.XVII. En su estudio dice el profesor Balaguer que los textos de Borelli tienen gran trascendencia histórica no solo por sus conocimientos sino por sus planteamientos metodológicos, ya que este autor introduce el concepto de “modelo” en sentido moderno. De aquí surge una de sus principales líneas que es el “problema del método en medicina”.
Tras el doctorado inicia su periplo por los Institutos de Historia de la Medicina de las Universidades de Heidelberg y Zurich, bajo la dirección de los profesores Schipperges y Ackernecht. Con este último se introduce en la integración de la Antropología cultural médica en la Historia de la Medicina, que ya trasladó López Piñero a Valencia.
En 1972 realiza una estancia en el Welcome Institute de Londres y en 1977 es profesor visitante en el Institut für Gesichichte der Medizin en Viena que dirigirá la profesora Erna Lesky, con el objeto de contrastar su proyecto sobre “Medicina y política en la medicina española del XIX y XX”.
Su carrera docente corre en paralelo a la investigadora: en 1969 es Profesor Ayudante de clases prácticas de Historia de la Medicina en la Universidad de Valencia, siendo en 1973 Profesor Adjunto y Profesor Agregado Interino y Numerario hasta 1976.
Dr. Balaguer durante una ponencia en la Universidad de Alicante
Fuente: Archivo familiar
En 1977 se traslada a Zaragoza con el mismo cargo, consiguiendo la plaza de Catedrático en esa misma Universidad hasta 1981 que vuelve a la Comunidad Valenciana a través de la Universidad de Alicante. Desde 1986 a 1990 es Decano de la Facultad de Medicina y finalmente se traslada, tras aquella traumática segregación de Medicina, a la Universidad Miguel Hernández de Elche donde termina su carrera profesional.
28 de octubre de 1998: Acto de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad Miguel
Hernández del Excmo. Sr. D. Pedro Laín Entralgo cuya propuesta y presentación corrió a cargo del Prof.
Emilio Balaguer Perigüell.
Fuente: Archivo familiar
Su investigación se ha plasmado en 26 monografías de temas histórico-médicos y antropológico-culturales y numerosas publicaciones. Destacaremos lo que él consideraba que eran sus líneas de investigación:
1. El problema histórico del método en la investigación biológica.
2. La ilustración española como periodo de transición. Antiguos y modernos en la medicina española: Andrés Piquer (1711-1772).
3. Nacionalismos, política y medicina en la España del S.XIX: El papel de los médicos en el nacimiento del valencianismo político.
4. La diversidad cultural de los sistemas médicos y su influencia en el enfermo. Pautas de comportamiento y creencias populares sobre la salud y la enfermedad en la población sur del País Valenciano.
28 de octubre de 1998: Acto de investidura como Doctor Honoris Causa por la
Universidad Miguel Hernández del Excmo. Sr. D. Pedro Laín Entralgo cuya
propuesta y presentación corrió a cargo del Prof. Emilio Balaguer Perigüell.
Fuente: Archivo familiar
Pero Emilio Balaguer no deja en su trayectoria duda sobre su espíritu valenciano. Trabaja con profundidad la figura de su paisano Lluis Alcanys,- muerto en 1506 quemado en la hoguera por su condición de judío y que había sido médico de la corte de quien se convertiría en Fernando el Católico- con motivo de la celebración del quinto centenario de su muerte. En los actos de conmemoración Emilio difunde la figura de Lluis Alcanys adaptándola a un auditorio no especializado y popularizando su imagen, tanto que se decide poner el nombre del ilustre setabense al hospital comarcal de la zona.
Y hace lo propio con otro valenciano: el cirujano y medico alicantino Francisco Xavier Balmis i Berenguer. Emilio, considerado como uno de los investigadores “balmisianos”, publica bajo el paraguas del Consell Valencià de Cultura en 1996, Balmis i lèsperit de l`llustraciò que es una de sus mayores satisfacciones personales. En este trabajo es donde Emilio exhibe más la interpretación histórica y el encuadre del término “filantropía” desarrollado en el contexto de la Real Expedición de la Vacuna en el periodo de reinado de Carlos IV, entre 1803 y 1806 que dio la vuelta al mundo propagando la vacuna antivariólica.
Por último, pese a este localismo, intelectualmente diseñado, Emilio Balaguer profundiza en el conocimiento universal, aunque también debido a la influencia de otro valenciano: Luis Vives. La edición crítica de la Opera Omina, promovida por el Instituto de Cultura Juan Gil Albert y el Institut Alfons el Magnánim en 1992, fue para el Dr. Balaguer una edición necesaria. La obra de Luis Vives, citada por él en innumerables ocasiones es, probablemente, un signo de su identidad personal y profesional. Su preocupación en los últimos años por los aspectos éticos y morales, le hacían recurrir frecuentemente a Vives, al ambiente erasmista en que vivió, a su insistencia en la concordia civil y eclesiástica. Dentro de su ortodoxia, comentaba Emilio, Luis Vives fue un hombre tolerante y no participó en ningún momento de la intransigencia reformista.
4 de agosto de 1987. Correspondencia manuscrita del Prof. Laín Entralgo al Prof. Emilio
Balaguer a propósito de la publicación científica El método histórico como instrumento de
análisis
Fuente: Archivo familiar
4 de agosto de 1987. Correspondencia manuscrita del Prof. Laín Entralgo al Prof. Emilio Balaguer a
propósito de la publicación científica El método histórico como instrumento de análisis
Fuente: Archivo familiar
Dice de Emilio Balaguer la profesora Rosa Ballester, su esposa y compañera, de quien hemos obtenido parte de esta recensión: rigor científico, acercamiento a los estudios de su entorno y compromiso con la historia como modelo de acercamiento y reflexión para analizar problemas de aquí y ahora, fueron los ejes de su obra y el legado de una persona que, sobre todo, fue fiel a sus orígenes.
